lunes, 27 de junio de 2011

Metáforas para la busqueda de empleo (II): Se pueden perder batallas, pero no la guerra

Le tengo especial cariño a esta metáfora. Más que oírla, la "sufri" en mis propias carnes estudiando la licenciatura de Psicología, pues fueron las primeras palabras que me dedicó el profesor de "Psicodiagnóstico" tras suspenderme un parcial evaluado oralmente. Conforme pasan los años, cada vez valoro más aquel detalle del docente como un regalo, pues esas palabras han pasado a formar parte de mi repertorio neurolingúístico a la hora de afrontar más de un revés personal, a modo de consuelo, a modo de palanca motivacional: habrá fracasos a corto plazo, pero el éxito en cualquier reto de auténtica entidad en nuestras vidas, requiere de constancia y temple para encajar las derrotas.

En las últimas semanas sigo reflexionando sobre actitudes ante la búsqueda de empleo, obligado imperiosamente por mis vivencias como orientador laboral. La semana pasada me encontré con un grupo "PREPARA" (para los no iniciados en el universo INEM, desde hace unos meses en las unidades de orientación atendemos a desempleados obligados a acudir a sesiones grupales para poder cobrar una subvención. Dejémoslo ahí de momento) bastante desanimado, cuya actitud se puede resumir en la siguiente frase: ante la crisis que vivimos, cualquier búsqueda de empleo es infructuosa. Así de tajantes se mostraron algunas personas al rebatir mis argumentos apoyando una relación inequívoca entre la mejora en la búsqueda de trabajo con el aumento de la empleabilidad (probabilidad). Por suerte, esa batalla inesperada la pude ganar tras dos horas de arduo esfuerzo por mostrar webs interesantes, simulaciones con malos y buenos ejemplos de networking, etc.

En las limitaciones que encuentran las personas desempleadas para reinsertarse en el mundo laboral, tan importante es el descenso de ofertas en casi todos los sectores cómo el desanimo provocado por el descarte en más de un proceso de selección. ¿Te ha ocurrido alguna vez? Pero cuando ¿en la Universidad, con la red protectora de tus padres detrás? En estos tiempos oscuros, much@s necesitan mantenerse en el trapecio pero si caen, no hay malla que evite el golpe

En "The Company Men", la cinta de Ben Affleck, la cual recomiendo a todo el mundo, pues desgrana con maestría los miedos y pesares que provoca el estar en paro (si la Consejería de Empleo tuviera los dineros que no tiene, la animaría a emular al Ministerio de Educación cuando adquirió miles de copias para las escuelas de "Una verdad incómoda", el oscarizado documental rodado por Al Gore: un DVD de la peli que protagoniza Affleck en cada Orienta). El cambio en el nivel de vida, el pasar de la opulencia a las estrecheces, el estigma de estar parado en su entorno familiar, el sentirse rechazado por diferentes empresas... Las palabras se las lleva el viento si no empatizan con este dolor, con el sufrimiento que viven miles de personas y la necesidad de visualizar soluciones y caminos a corto plazo.

¿Y si la metáfora de la "guerra" apuntase a nuestro deambular por este mundo, a toda nuestra vida? Quiero decir con ello ¿y si uno de los aprendizajes fundamentales sobre esta crisis feroz fuera la necesidad de plantearse objetivos vitales, reformular constantemente visualizaciones, desarrollar hábitos permanentes encaminados a la consecución de objetivos, etc? Lo que implicará mentalizarse para los malos tiempos, saber sufrir para obtener logros personales.. Tal vez hayamos aceptado demasiado tiempo la quimera del "bienestar", tal vez generaciones enteras vivan en el espejismo del confort, del disfrute con ausencia de dolor. Y el sufrimiento, es consustancial a estar vivo. El no entenderlo conlleva irremediablemente a más angustia y ansiedad. Todos sufrimos tarde o temprano. Lo importante es encontrarle un significado, extraer conclusiones de dicho malestar.

Por cierto, a  la siguiente oportunidad, aprobé el examen oral... con sobresaliente. Guerra ganada

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