martes, 20 de marzo de 2012

¿Son felices los tuaregs? (oda al sufrimiento) [Cap.21, Diario de un desempleado]

"El tuareg es un hombre serio y de aspecto altivo, orgulloso por naturaleza. La vida del tuareg se rige por los oasis y los pozos. Las rutas, los asentamientos y hasta los animales que llevan están condicionados al suministro regular de agua. Sus compañeros inseparables son el camello y la cabra, dos bestias de vida espartana resistentes a las condiciones extremas del desierto. De ellas obtienen leche, carne, lana y piel para sus herramientas.


También son amantes de los caballos, pero nunca los llevan en sus travesías porque "siempre tienen sed y han de beber todos los días", mientras que un camello puede pasar tres días sin agua, y durante el invierno, más de dos meses." (Fuente: quesabesde)

- Vale Jesús, muy interesante el mini-reportaje, pero... ¿esto a qué viene? ¡Otra vez viendo "Lawrence de Arabia"!

- Pues empiezo a encontrar cierta similitud entre las severas condiciones vitales de "los hombres azules", y el sombrío panorama por el que transcurre las jornadas para much@s en nuestra sociedad, antes denominada equivocadamente "del bienestar"

 "Un calor sofocante va seguido a veces de un frío intenso, desatándose vientos muy violentos cargados de polvo y arena que barren el suelo arrastrando todo cuanto no está sólidamente sujeto y secando la vegetación. Estos vientos son seguidos por largos períodos de calmas absolutas. En el gran desierto se hallan los lugares más calurosos de la tierra, se han comprobado temperaturas de hasta 76ºC y 58ºC a la sombra pero por la noche se enfría con rapidez lo que provoca una muy marcada amplitud térmica" (wikipedia) 

- ¿Ves? igualito nos ocurre a los desempleados: nos abrasan las ventíscas cargadas de cifras y estadísticas sombrías referentes a la "crisis en la zona euro". Con el ordenador y el teléfono como únicos animales de compañía, porque nuestros coches "siempre tienen sed" y consumen gasolina todos los días...

¿Es posible sentirse bien en estas circunstancias? Un tuareg nos diría que si. Un beréber afirmaría que su autoestima, su actitud altanera, es directamente proporcional a su capacidad de sacrificio, necesaria para adaptarse a las exigencias del mundo que les rodea. En las dunas del Sahara reinterpretan el esfuerzo diario para la supervivencia en su propio beneficio, transformándolo en una emoción positiva adictiva: cuanto más lucha, más amor propio.

Un parado es infeliz por naturaleza. El binomio "desempleado dichoso" chirría  sólo con escribirlo. Pero puede aferrarse a otras sensaciones óptimas e igualmente eficaces. La pelea cotidiana, desglosada en horas de búsqueda de empleo, de formación, de propuestas innovadoras, etc... debe resultar suficiente para finalizar la  jornada con algo más que la conciencia tranquila: el premio de reconocernos como luchadores, personas a quienes estimula el mero hecho de vender cara la derrota del día de hoy. "No me voy a sentir un fracasado; he buscado, he aprendido, he contactado, he...crecido durante buena parte de la jornada, y me merezco la recompensa de espantar los demonios interiores otra noche más. Mañana será otro día". Sería una verbalización interna oportuna, y sobre todo, justa.

 Cuando pasen unos años ¿cómo te recordarás? ¿Cómo alguien que no pudo ser feliz durante una época de su vida por la crisis reinante, o como alguien que se respetaba a sí mismo dedicando bastante energía y tiempo a mejorar su situación?. Shakespeare apostillaría; "Ser o no ser, esa es la cuestión".





2 comentarios:

  1. El hambre suele producir poemas inmortales. La abundancia, únicamente indigestiones y torpezas.
    Hipólito Taine (1828-1893) Escritor francés.

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    1. Frase muy apropiada. La necesidad agudiza el ingenio, es obvio. Gracias Andrea por el comentario. Un beso para Argentina desde Sevilla

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