lunes, 16 de enero de 2012

¿Experto/a en habilidades sociales? Sin autoestima, olvídate

¿Por qué tod@s ensalzamos las competencias sociales, y después resulta tan difícil llevarlas a la práctica? . ¿Por qué tod|@s nos permitimos aconsejar conductas como la asertividad, el trabajo en equipo, la habilidad en la resolución de conflictos, y después nos cuesta tanto el aplicarlas a la cotidianidad de nuestras propias vidas? Esta cuestión me ronda últimamente tanto la cabeza, que voy a aparcar brevemente mis vivencias en el desempleo para intentar encontrar algo de claridad en este misterio de la personalidad.

Resulta muy sencillo analizar el comportamiento de los demás: debes ser más proactivo/a, más comunicativo/a, más abierto/a... más aún cuando el sueldo con que pagas la hipoteca, el mercadona y hasta la gasolina, proviene de adoptar este rol de orientador/a-formador/a-asesor/a-etc durante bastantes horas al día. Ver los toros desde la barrera resulta muy cómodo... pero amigo/a, cuando se trata de nuestra propia existencia, esas mismas sugerencias regaladas a los demás, no surten el efecto deseado; cuando soy yo mismo quien lidia con la parte fea de la comunicación, aquella que critica alguna parte de mi personalidad, conducta, aspecto, etc... ya no resulta tan fácil.

Sin duda alguna, el antídoto para afrontar cualquier atisbo de ataque (juicio menos constructivo de lo deseable), pasa por reforzar esa visión relacionada con la mísmisima valía personal a la que llamamos autoestima. Dicen los gurús que ha llegado el momento de socializarse: debes conectarte a facebook, twitter y linkedin, debes tener muchos amigos en las redes sociales, debes pertenecer a varios grupos.... hasta los anuncios televisivos adoptan la moda "coral": mucha gente debatiendo, participando...Creo que no hace falta que me extienda en los beneficios del networking  (no escribo de otra cosa desde hace meses),  pero  cuando uno sale ahí fuera, a la vida real, también se expone  a negativos desencuentros con otras personas. A todo el mundo no le vas a resultar simpático, agradable... ni mucho menos gracioso. En ese punto es donde realmente se pone de manifiesto la maestría en las habilidades sociales, cuando uno deja el toreo de salón -y dale con las metáforas taurinas- para saltar al ruedo de la verdad y arriesgarse a más de una cornada.

Es curioso, antiguamente para referirse a la autoestima utilizaban la expresión "amor propio". Me resulta grata; tal vez hoy suene excesivamente bonachona, pero sin autosentimientos positivos, raramente se devuelve amabilidad, cortesía, cariño, amor... hacia los demás, incluso en contextos facilitadores (amigos, familia, pareja, etc). Y cuánto más hostil se percibe el ambiente, antes sucumbiremos a comunicaciones negativas tanto internas como externas. El conocimiento y maestría en la interacción debe comenzar por el autoconocimiento y realce de la autovalía, el disfrute y deleite en las competencias individuales que se aportan a esta sociedad. Lanzarse a empatizar, a comunicarse, a mostrarse de manera dialogante con una autoconcepción baja, sería empezar la casa por el tejado. Y no digamos la resolución de conflictos...


Sin este trabajo interior, se puede avanzar en el terreno de las destrezas relacionales, pero sin una auténtica interiorización, nos comportaríamos como los primates de Punset cuando utilizan el palo para sacar la miel del panal: automatizamos una herramienta para conseguir beneficios en determinados contextos. El amable empleado de grand superficie, se transforma en el Dr. Jekyll de turno para atormentar a su propia familia con una actitud despota, autoritaria, enfangada en malas tratos, etc. Sin un tiempo autorreflexivo adecuado, solamente postergaremos el efecto boomerang de una conducta socialmente ineficaz, solamente llegaremos a una hipocresía provechosa,

No quiero despedirme sin apelar al "sentido de la medida", a la mesura requerida para gestionar cualquier emoción, incluida la analizada en este artículo: cuidado cuando el exceso de autoestima llega a los niveles de la egolatría, prepotencia, etc... no hay nada peor que una evaluación errónea de la realidad. Y el creerse mejor que nadie (algunos/as se encuentran tan seguros/as de esa superioridad, que no dudan en mostrarla públicamente. Conoces algún ejemplo, ¿verdad?), es una interpretación alejada miles de kilómetros de una sana autoestima. Tarde o temprano, quienes consideras por debajo tuya te saludaran en tu camino de vuelta. Torres más altas han caído.

8 comentarios:

  1. Interesante artículo Jesús. Faltaría una buena cantidad de técnicas para mejorar la autoestima, entonces es cuando el artículo se volvería muy muy interesante....

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  2. Jesus, cuando acabe esto debes publicarlo en forma de libro (la lastima es que ya no se publican, ni casi se leen) ya que me gusta la Cohesión y coherencia que le estas dando a las reflexiones que haces de tu búsqueda de empleo. Me ha encantado el Post, es increíblemente rico y acertado
    Sin embargo, no me resisto a enriquecerlo, quiero resaltar algo que dices en tu texto. Y... qué fácil es hablar de las emociones de los demás, de su control y de la superación. ¡ PERO QUE INCREÍBLEMENTE PRINGOSAS SON LAS EMOCIONES DE UNO MISMO..¡
    Las emociones parecen que manchan los pensamientos de los días, esos pensamientos que nos acompañan en nuestras tareas y acciones, y manchan los momentos en que no hacemos nada. Estos pensamientos, nos ayudan a definir modos de actuar, a hacer planes, a reaccionar a situaciones.
    Esos pensamientos están teñidos del tono de nuestra autoestima. Si tenemos buena autoestima, tendremos un buen tono hacia nosotros mismos, pero si no tenemos ese buen amor propio, entonces, nuestros pensamientos serán más bien puñetazos muy molestos para actuar ( pueden llegar a ser inmovilizantes).
    La autoestima y los pensamientos que tiñen no son algo estático, la situación de desempleo supone una bajada de los niveles, los "golpes de la vida" van mermando esa autoestima, y sin embargo los éxitos y una compañía que nos valore ayudan a subir los niveles de autoestima. Por lo que es lógico que no pares de cuestionarte ( de manera poco constructiva ) cuando estás en situación de desempleo.
    Así que ánimo. Busca la compañía de quien te aprecia y no olvides apreciarte a ti mismo. Pues damos a los demás lo que tenemos, que es, en realidad, lo que nos damos a nosotros mismos.
    Besos

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  3. Gracias Esther por tu apoyo y sugerirme la buena idea de elaborar un libro. Con tus ánimos seguro que creo un pdf y lo alojo en google docs. Ya te cuento.

    Cada nueva definición sobre la inteligencia emocional, que incluya nuevas metaforas, enriquece. El símil "emociones pringosas, con manchas", alude al contagio, al vínculo determinante entre sentimientos y pensamientos. Buena comparación.
    En cuanto a mi situación, pues sigo la senda por la que pasan tantos parados, esa "montaña rusa" emocional a la que se refieren en el libro "Punto y seguido". Obviamente la autoestima se resiente. Por suerte, este blog me sirve de liberación, de "caja de logros", reforzados y apoyados buenos/as amigos/as, como es tu caso. Un beso

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  4. Hola Blanca. La guinda de recoger en este blog técnicas y procesos de autoestima puede ser, aunque en internet me imagino podrás encontrar sin necesidad de esperar mis aportaciones. Tengo pensado ya otras entradas, como seguir con los estudios de casos sobre reputación on-line, aunque me parece muy buena idea para tomarla a medio plazo como una de los posibles desarrollos de "idea emocional". Muchas gracias

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  5. Hola Jesús,

    Me ha gustado mucho esta última entrega, que yo titularía, las verdades del barquero en orientación laboral, siempre que puedo te sigo,pero ultimamente estoy algo descolgada por la carga de trabajo.
    Me parece interesante y atractiva la idea de que publiques tus reflexiones, en un libro, realmente creo que valen la pena.
    Cuando somo niños nos pasamos la vida esperando crecer, para no ser tan vulnerables, y cuando crecemos, nos limitamos a aceptar nuestra vulnerabilidad..., creo que así te sientes tu en éste momento y es perfectamente natural.

    Un abrazo y ojalá que pronto empieces con las entregas de diario de un empleado en tiempos de crisis...

    MªLuisa

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  6. ¡Hola María Luisa!. Antes que nada agradecerte tus explicaciones por no poder leer mis aportaciones con la frecuencia que desearías. No son necesarias en absoluto, pero las tomo como un halago el cual valoro enormemente.

    Cierto es que siempre intento dar un enfoque muy personal, muy vivencial a mis textos. Quiero alejarme de esos gurús de la web 2.0 que siempre te dicen lo que debes de hacer. Yo quiero mostrar ante todo lo que cuesta convertir en hábito esas reflexiones, mis equivocaciones, etc.. Y todo ello con la idea de construir. Si en este artículo comento que la autoestima es una herramienta decisiva para las habilidades sociales, más que en aceptar que su carencia limita el desarrollo de estas competencias, me gustaría que esta reflexión me llevase a mentalizarme en potenciar la valia personal.
    Además no es una carencia percibida como propia, sino que otros profesionales de los servicios sociales ahondan en ese déficit a la hora de abordar las conductas de interacción: se aconseja bastante, pero ejemplarizar con la conducta es muchísimo más complicado.

    Un abrazo María Luisa y el día que vuelva al mercado laboral, seguiremos dando guerra desde "Idea Emocional"

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  7. Hola, buenos días,

    Interesante artículo. La verdad es que nos cuesta a la mayoría en ponernos en lugar del otro, el ser amable, tolerante, simpático, humilde y comunicador. Muchas veces eso lo esperamos del otro y, al final, todas esas palabras bonitas que nos interiorizamos no tienen ningún efecto en nuestras vidas. Gracias por el aporte.

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    1. Gracias por la valoración Nubia. Sin duda alguna, la empatía, y el resto de habilidades sociales, no es teórica, sino práctica, y solamente con la experiencia y conductas enfocadas a trabajarla, podremos adquirir una interiorización "verdadera". Abrazos desde Sevilla.

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