lunes, 22 de junio de 2015

De cuando un mensaje de linkedin vino a rescatarme

Están siendo tiempos duros en lo laboral. Por suerte, el desánimo no ha ganado la guerra, y sigo en la lucha, gracias al apoyo de mi familia y los amigos; desde antigu@s compañer@s de trabajo, hasta los de toda la vida, la 1ª generación oriunda de (polígono) San Pablo, pasando por los vínculos establecidos en internet con cientos de "luchadores 2.0 por la ocupabilidad".

Pero hay batallas... hay días...donde no se ve ni la salida, ni tan siquiera luz en el túnel. La labor intelectual cae presa de la angustia, percutiendo sobre tu autoestima, las decisiones tomadas, la esperanza en una salida digna....

Y en una jornada de esas, cuando das por perdida la pelea contra la desesperanza, un mensaje en Linkedin vino en mi rescate:


Conocí a Evaristo en 2.010 cuando impartí los módulos transversales en varios cursos de F.P.E. en MDR, la entidad donde empecé hace 16 años como formador de informática. A estas alturas, guardo en mi memoria algunos recuerdos pendientes de sacarles más lustro, pues son de los mejores capítulos en mi biografía profesional. La semana que pasé junto al grupo de Evaristo, forma parte de esta añoranza selecta.

Y desde entonces, por desgracia (sinceramente: mea culpa) no hemos vuelto a vernos. Bendita tecnología, bendita red de redes, telaraña mundial y el resto de metáforas telemáticas, que me permiten mantener el contacto virtual con el Sr. Amoedo, pues el mensaje mostrado supone el último de muchos donde, no solo me refuerza, sino que pregona a los 4 puntos cardinales mi candidatura para puestos de "mayor responsabilidad". 

Gracias a ti, Evaristo, esa fecha no terminó dominada por el lado tenebroso. Gracias a ti, Evaristo, la próxima vez que entre en combate, contaré con más recursos; contaré con una nueva y hermosa demostración de apoyo añadida a la colección. Que se aprieten los machos, porque con refuerzos como los tuyos, me queda mucho por incordiar

De bien nacido es ser agradecido. Y así será el resto de mi vida, independientemente que tus plegarias, en el panorámica desértico que sufrimos millones de profesionales, sean oídas o no. Much@s quisieran arreglarlo, pero no pueden. Otr@s pueden, pero no quieren.

No hay ningún camino para la felicidad. La felicidad es el camino. El desierto deja de ser un lugar inhóspito cuando el viaje se comparte con compañer@s como Evaristo Amoedo. Sigamos avanzando



Espero verte pronto. ¿Un cafe? :-D

P.D.: este post llevaba ya unos días esperando ver la luz. Tanto afán por la marca personal, tanto taller de empleo gratuito redifundido...  Hoy, vía Linkedin, he vuelto a recibir uno de los apoyos super-motivadores de Evaristo:

"Tantos planes que tiene el gobierno para los parados y al mejor jugador no le dan cartas, asi nos va. sigue como vas, que el que sigue la consigue. Tienes todo mi apoyo"


Es hora de publicar el artículo





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